INICIO PASAJES DE LA HISTORIA ESPECIALES COLABORA FONOTECA

 

La apertura de la boca:

       

     Los rituales funerarios no concluían cuando la momia era llevada a la tumba. El cuerpo era sacado del sarcófago y un sacerdote embalsamador, cubierto con una máscara del dios Anubis, guardián de las tumbas, la sostenía de pie. Otro sacerdote recitaba las fórmulas mágicas, mientras que un novicio, que solía ser el hijo primogénito del difunto, quemaba incienso y esparcía el humo.

     A continuación, los sacerdotes iniciaban una ceremonia secreta y misteriosa, que podía llegar a prolongarse durante varios días. Este ritual mágico, llamado "apertura de la boca", consistía en devolver al muerto, así como a las estatuas y pinturas que lo representaban el uso de sus facultades. Con la ayuda de las herramientas utilizadas para construir el sarcófago y momificar el cadáver, los sacerdotes reanimaban,  en sentido figurado, el uso de la vista, el oñido y el olfato. Así, el espíritu del difunto ya podía saborear las ofrendas de alimentos que les permitirían llegar hasta el más allá.

     Cuando esta ceremonia concluía, los familiares se despedían por útima vez del difunto y la momia era colocada en el sarcófago, donde debía permanecer para siempre.

Volver  a:

Inicio 32rumbos / Pasajes de la historia / Historia de Egipto