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              En la ciudad de Roma había 329 panaderías, dirigidas
              por expertos profesionales de origen griego. El precio de las
              piezas era regulado por los magistrados y la profesión se
              traspasaba de padres a hijos.  El panis militaris se fabricaba especialmente para los
              soldados. Se construyeron panaderías militares donde se
              almacenaban las reservas de este pan durante las campañas.
     
              El pan de harina blanca era más valorado que el pan moreno (panis
              plebeius), consumido por los pobres y los esclavos.     
              Roma propagó la cultura del pan por todas sus colonias excepto
              Hispania, donde ya se elaboraba antes de la llegada de las
              legiones. El uso de la
              levadura es considerado una aportación hispana.     
              El pan más barato era el panis acerosus, elaborado con
              harinas y "tropezones", como salvado, cañas de trigo y
              cualquier sustancia que estuviera a mano. |